«Vamos a vernos bajo el caudal» es una frase común en Hannover. En alemán se dice: unter dem Schwanz. La primera vez que escuché la expresión, de inmediato pensé en el libro Bajo la rueda (unter dem Rad) de Hermann Hesse. Pero no, no tiene nada que ver.
Se trata de una expresión más práctica. Bajo el caudal es un lugar en Hannover definido por la cola del caballo del monumento a Ernesto Augusto I rey de Hannover.Es pues un punto de reunión en la estación de trenes. Para los hannoverianos es lo más natural del mundo encontrarse en ese sitio, pero los demás alemanes lo miran con desconfianza y escepticismo.
La razón es que la palabra Schwanz por un lado es el término zoológico para designar el caudal o cola de los animales, y por otro una vulgar expresión para pene. Sería un equivalente a pito o verga. He ahí el origen de la desconfianza. Una desconfianza genuina debo admitir. Si alguien me dijera muy serio «te propongo que nos veamos bajo la cola» desde luego desconfiaría y muchas dudas asaltarían mi mente: ¿yo a ti? ¿tú a mi? ¿cada quién lo suyo? (para lo cual necesitaríamos o espejos o una flexibilidad kamasútrica). También pensaría ¿cual es el sentido? Si es sólo una terapia ocupacional, ¿por qué no mejor nos tomamos una cerveza? Otra posibilidad: «¿qué te parece si vamos a desayunar juntos? Nos podríamos ver bajo el pito entonces». Extrañas costumbres de éstas personas de Hannover, pensaría. ¿Por qué no se conformarán con untarle mermelada a un pan y comer huevos cocidos como el resto de los alemanes? En éste último caso, si la propuesta viniese de una mujer, lo primero que me vendría a la mente sería aquella famosa canción de salsa de Willie Colón, El gran varón. No tendría ningún inconveniente en desayunar con ella pero eso sí, nada de costumbres hannoverianas. Lo haríamos a la mexicana. Mas seguro, mas´marrao.
Resulta muy entretenido ver como, no estando acostumbrados a los albures o dobles sentidos, los alemanes reaccionan, tanto hombres como mujeres, al decirles «nos encontramos bajo el pito». Algunos rién nerviosos, algunos no ocultan su irritación, otros preguntan ¿de quién? sintiéndose intimidados al imaginar la envergadura de un objeto tal pendiendo sobre sus cabezas, cuál espada de Damocles, y otros más, al enterarse del verdadero significado, se muestran francamente desilusionados por haberse hecho falsas esperanzas.
Si bien las reacciones son diferentes, nadie contestaría con otra frase igual de ambigua y provocadora para trenzar un intercambio de ingeniosos juegos de palabras. Esa dimensión lúdica con el idioma, no existe como en México. Octavio Paz identifica éste elemento como un Kitsch en la ideosincrasia mexicana en el capítulo Máscaras mexicanas de su obra El laberinto de la soledad, aunque ese espacio a la creatividad llega a ser también una contracultura y manifestación de resistencia en algunos barrios en la ciudad de México, como el barrio de Tepito.
Reportando para la Tlapalería:
Aquiles Baeza Espinoza
Hannover un lugar especia… http://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/1/15/Hannover_Gehry-Tower.jpg