Frecuentemente paso por alto cosas importantes. No hablo de que deje de hacer algo en el trabajo, o que sucedan desgracias por mis omisiones, no. Mas bien me quiero decir que, absorto en la rutina, obsesionado por ganar nanosegundos y ahorrar nanómetros, no muy frecuentemente me tomo el tiempo para pensar en cosas importantes.
Pero ¿que cosas son importantes? La pregunta me parece recursiva, por que definir ese conjunto de cosas parece ser ya un hecho sobresaliente. La importancia de las cosas se define a partir del nivel dónde se mira, habiendo así diferencias entre lo que es importante para un individuo, una familia, una nación, la vida en la tierra, la naturaleza y el Universo.
Por ejemplo, mientras para un indivuduo sería importante tener una familia, la familia se preocuparía por el bienestar de sus miembros de la misma forma que una nación lo haría por sus habitantes. Para lograrlo, en todos los niveles hasta aquí mencionados, se busca la acumulación de riqueza y bienes materiales, por lo menos a un nivel suficiente que permita la supervivencia.
Paradójicamente, para nosotros seres humanos, esa acumulación es pues necesaria para sobrevivir dada la complejidad de nuestra sociedad, pero desde la perspectiva de la vida misma pierde completamente su importancia.
¿Qué es imprtante para la vida? o formulado de otra manera ¿cuál es el objetivo de la vida?, no me refiero sólo a la vida de los seres humanos, si no a la de todos los seres vivos.
“La vida solamente busca conservar la vida” es la respuesta mas global que encuentro. Curiosamente es otra recursividad.
Todos los seres vivos, desde simples organismos unicelulares hasta los humanos, tenemos incrustada en el núcleo de nuestras células la información sobre cómo tenemos que actuar para preservar la especie. Una planta hermafrodita sabe que tiene que hacer para reproducirse, de la misma forma en que una clodovea pomposa o araña de pantano sabe como atraer a los machos. Una vez que ha elegido a uno, sabe también como ejecutar un tango nupcial con su cortejador y hacerlo desfallecer de urgencia erótica para así consumar el acto reproductivo y luego pasar al postre: el consorte mismo. Es evidente que preservar la vida no se refiere a preservar la vida de los individuos si no de las especies.
En otro plano mas allá de la vida, aunque no en términos escatológicos si no mas bien ontológicos, ya no definiendo importancia a través de la preservación de vida si no de la de existencia, llegaríamos a la pregunta ¿cuál es el sentido del universo? ¿cómo mantiene su existencia?. Mucho libros se han escrito al respecto. Como diría Paul Davies, la respuesta la encontraríamos ai pudiésemos entender la mente de Dios.
A mi modo de ver, de todos los universos posibles al momento del big bang, nos encontramos en un universo estable. Por esa razón la estabilidad sería la característica determinante para la existencia de nuestro universo. De ésta manera él (cientifícos, agnósticos, religiosos y místicos refererirán el pronombre a entidades diferentes) se las ha arreglado para encontrar las reglas que generan sistemas estables.
Sin la estabilidad del Universo, sin la obsesión de la vida por mantener vida, sin el apoyo de mi familia en los momentos difíciles y sin la acumulación de recursos para mantenerme, no podría estar aquí preguntándome qué son las cosas importantes.
¿Es importante entonces que ella haya preferido preservar mi existencia desapareciendo a devorarme?
Menos mal que te conservó, no podría estar leyéndote ahora. Que bueno que has vuelto a escribir, porque tienes ideas interesantes que hay que compartir para que no se pierdan en la lista de cosas que olvidar…
Saludos mexa expatriado 🙂