En Europa es bien conocido el fenómeno de Buenavista Social club, sobre todo a partir de la popularidad que álcanzó después del documental del cineasta alemán Wim Wenders.
Hace unos días apareció en la prensa mexicana un reportaje sobre el fin de la era de éste fenómeno musical, que me hizo reflexionar sobre las causas del enorme éxito de este grupo de viejitos en Europa, dado que el son cubano no es nada nuevo. ¿Por qué tuvo tanto éxito aqui? y al mismo tiempo ¿por qué no lo tuvo en paises de Latinoamérica?
Por otro lado, en la revista Letras libres fué publicado el magnífico artículo Latinoamérica como baratija de Carlos Granés, en el que se explora el terreno de como el orden en la sociedad de los paises de Europa occidental implica una alienación de los individuos a través de las instituciones, según la visión utilitaria de la técnica respaldada entre otros por Michael Focault, y acogida en el seno del Marxismo.
La pérdida de autenticidad, identidad y tradición que de ahí derivan hacen, según éste enfoque, que los ciudadanos de los mencionados paises añoren dichos elementos indefinibles. Emprenden una búsqueda de ellos y los suelen encontrar en países con un desarrollo económico menor dónde el orden de las instituciones no los habría erradicado, por ejemplo en Africa y Latinoamérica. Ésta añoranza es definida por Renato Rosaldo como la nostalgía imperialista. Impulsados por ella, los europeos son capaces de saciarla através de diversos objectos o posturas, por ejemplo artesanías, que los mismos oriundos de éstos lugares fabrican ex profeso para deleite y consumo de visitantes primer-mundistas.
Quisera entonces colocar las dos partes juntas ¿Es acaso el éxito de Buenavista Social club un paradigma de la nostalgia imperialista?
Bueno, me voy a meditar la respuesta unos días a las islas Canarias, pero dejo los enlaces a otros dos artículos de actualidad relacionados con Buenavista: Murió Pio Leyva y El tiempo acaba con la era del Buena Vista Social Club.